Enseñar no es un camino fácil, está lleno de prejuicios,
baches institucionales y más, estamos consientes del gran nivel educativo que
tenemos en México pero, ¿Por qué conformarnos con lo que ya hay? ¿Por qué no transforma,
innovar y ser un maestro o un docente reconocido?
Estudiar una maestría ejecutiva no solo te permite tener un
documento que avale tu posición como profesor sino que también te abre las
puertas a esas grandes instituciones ya sean de gobierno o del sector privado
donde estará en juego más que tu reputación.
Imaginemos la situación actual del país en educación, sería
una excelente noticia saber que un estudiante de las maestrías ejecutivas de la
UNIVERSIDAD TECMILENIO desarrollo una solución estratégica mediante herramientas pedagógicas vigentes.
Si pensamos y utilizamos bien las herramientas tecnológicas
que tenemos actualmente como lo son las iPads, Smarphones y Laptops podríamos crear algún plan que esté al
servicio del aprendizaje y que sea utilizado no solo en la institución donde lo
desarrollamos, sino a nivel estatal y luego nacional, claro, pensando en que
somos maestros y debemos ser el maestro de los
maestros.
Pero no nos centremos solo en educar, ¿Por qué no
desarrollar? La capacidad después del aprendizaje de una maestría ejecutiva en
educación nos permite desarrollar métodos de evaluación curricular de forma
efectiva o desarrollar investigaciones cualitativas y cuantitativas para la
implementación de proyectos educativos.
¿Así o más claro?
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